Los trastornos digestivos no son poco comunes en los animales, ya que su tracto gastrointestinal puede ser sensible a diversas causas. Si tu gato o gatito tiene diarrea, puede tratarse de una simple indigestión que desaparecerá por sí sola. Por otro lado, también puede ser un indicio de una enfermedad grave. Por lo tanto, debes vigilar de cerca a tu gato si notas que sufre diarrea. En nuestra guía puedes conocer qué puede causar diarrea en gatos, cuándo deberías acudir al veterinario y qué medidas preventivas puedes tomar.
En esencia, existen muchos desencadenantes diferentes de los trastornos gastrointestinales en los gatos. Además de las enfermedades físicas, los problemas psicológicos, como el estrés, también pueden provocar diarrea en tu gato.
Posibles causas concretas incluyen:
- Comida en mal estado
- Alimentos con leche, azúcar o almidón (por ejemplo, pasteles, dulces, pan)
- Ingestión de ratones u otros animales
- Alergia alimentaria
- Cambio de alimento demasiado rápido
- Ingestión de cuerpos extraños
- Lombrices y otros parásitos
- Giardia (protozoos que infestan el intestino delgado superior o el intestino grueso)
- Virus y bacterias
- Envenenamiento por productos de limpieza, venenos o plantas tóxicas
- Varias enfermedades del estómago o intestinos (p. ej. pancreatitis, infección del intestino delgado)
- Hipertiroidismo
- Estrés y otros factores psicológicos
- Efectos secundarios de medicamentos como antibióticos
Si tu gato tiene diarrea, no necesariamente se debe a una enfermedad grave. Al fin y al cabo, también es un método de limpieza del cuerpo para eliminar sustancias extrañas, similar al vómito.
Si la diarrea desaparece por sí sola después de unos días, no es necesario visitar al veterinario. Esto es especialmente cierto si tu mascota se mantiene activa y no muestra cambios en su comportamiento. Obsérvalo especialmente de cerca durante este tiempo. Así podrás valorar mejor cómo se encuentra y si la diarrea desaparece por sí sola.
¡Importante saber!
Si la diarrea viene acompañada de una pérdida de peso progresiva, debes acudir al veterinario. Esto puede ser perjudicial o incluso poner en riesgo la vida del gato. Además, la pérdida de peso puede deberse a una enfermedad en la que la diarrea es solo otro síntoma.
Diarrea en gatos: ¿cuáles son los síntomas típicos?
En primer lugar, que las heces de tu gato no siempre tengan la misma consistencia es completamente inofensivo. De vez en cuando, una deposición más blanda es normal y no debería preocuparte. La diarrea solo se considera como tal cuando las heces son extremadamente blandas o líquidas. Si el olor cambia y es más fuerte de lo normal, o el color parece poco saludable, debes prestar más atención.
El color y la consistencia pueden variar mucho, pero suelen dar pistas sobre las posibles causas. Por ello, es importante hacerse algunas preguntas para facilitar un diagnóstico rápido en el veterinario.
Preguntas importantes que sugieren posibles causas
- ¿De qué color son las heces: claras, marrón oscuro, rojizas o negras?
- ¿Cuál es la consistencia: acuosa, pastosa o mucosa?
- ¿Hay lombrices o sangre en las heces?
- ¿Tu gato tiene fiebre? (¡Si la temperatura supera los 39,5 °C, ve al veterinario inmediatamente!)
Estas preguntas pueden ayudarte después a identificar la causa.
Otros síntomas asociados que debes vigilar:
- Cambio en el comportamiento
- Fiebre
- Fatiga
- Problemas para retener heces y orina
- Pérdida de apetito
- Falta de ingesta de agua
¿Cuándo es momento de ir al veterinario?
Si tu gato sufre diarrea y observas alguno de los cambios mencionados en las heces, presta atención a si aparecen síntomas adicionales.
Si la pérdida de peso continúa, debes visitar al veterinario. Una pérdida de peso persistente es peligrosa para los gatos y puede ser mortal sin tratamiento. La diarrea en este caso podría ser solo un síntoma de otra enfermedad.
Otro peligro es la deshidratación, que puede darse si tu gato sufre vómitos y diarrea al mismo tiempo. Para comprobarlo, tira de un pliegue de piel con dos dedos y suéltalo. Si no vuelve a su sitio de inmediato, existe un alto riesgo de deshidratación y debes acudir al veterinario.
En gatitos, la diarrea requiere atención veterinaria inmediata, ya que la pérdida de líquidos es mucho más peligrosa que en gatos adultos. Lo mismo aplica a gatas preñadas, gatos mayores o con enfermedades crónicas.
En todos los casos, lo recomendable es identificar la causa de la diarrea. Si las heces son muy acuosas y el gato parece apático o no bebe ni come, también debes llevarlo al veterinario.
Tu gato tiene diarrea – ¿qué puedes hacer?
- Si la diarrea es aguda, puedes retirar temporalmente la comida (máx. 10 horas) para ayudar a equilibrar el sistema digestivo.
- Asegúrate de que siempre tenga agua fresca. Puedes añadir electrolitos (consulta con el veterinario).
- Si la diarrea desaparece rápidamente, introduce una dieta blanda: pollo hervido sin hueso con arroz y zanahoria. Comienza con porciones pequeñas y aumenta poco a poco.
- Lleva una muestra de heces al veterinario, para que pueda descartar causas y analizar si se trata de un envenenamiento.
- Si es una intolerancia alimentaria, el veterinario puede recomendar una dieta especial.
- Si la causa es una infestación de lombrices, el veterinario prescribirá un antiparasitario.
Consejo!
Considera si hubo algo fuera de lo normal: cambio brusco de alimento, medicamentos, o alteraciones en el comportamiento de tu gato.
Prevención de la diarrea en gatos
No siempre se puede evitar, pero puedes reducir los riesgos:
- Ofrécele una alimentación adecuada para su especie.
- No le des comida humana.
- Mantén sustancias tóxicas fuera de su alcance.
- Evita plantar especies tóxicas para gatos en tu jardín.
- Mantén objetos pequeños que puedan ingerirse fuera de su alcance.
- Realiza desparasitaciones y vacunas periódicas.
Conclusión
Para prevenir complicaciones de salud derivadas de la diarrea y saber cuándo acudir al veterinario, es fundamental que conozcas bien a tu gato y lo observes con atención. Los cambios de comportamiento son una señal de alarma —especialmente si tu gato sale al exterior— ya que no siempre podrás ver si tiene diarrea y además corre más riesgo de ingerir cosas indebidas. La clave está en estar más atento de lo normal si notas conductas inusuales, de modo que puedas reaccionar a tiempo y cuidar correctamente de tu compañero de cuatro patas.

Autora de la asesora
Soy periodista especializado en economía, pero también escribo mucho sobre animales. Desde hace unos 20 años trabajo además como psicólogo animal con consulta propia. He sido docente en una escuela de profesiones sanitarias, donde diseñé y supervisé el curso de Psicología Felina. Dado que la formación continua es especialmente importante para mí, imparto seminarios para propietarios y asociaciones de bienestar animal y he publicado cuatro libros sobre el comportamiento de los gatos. Cinco miembros felinos de mi familia me ayudan activamente en la investigación y escritura.

